miércoles, 22 de agosto de 2012

Reggie Slater: España como lanzadera... y final


Con Girona, saltando ante Nwosu (Cáceres) en presencia de Jordi Pardo (Gigantes).

Resulta emocionante cuando un americano llega a la ACB sin experiencia, tiene aquí algún buen año y se va a la NBA a cumplimentar una buena carrera. Parece que les avivamos el gen competitivo o les otorgamos la experiencia que les falta al salir de la universidad. Cada vez pasa menos. Un caso bastante paradigmático fue el de Reggie Slater, con el matiz de que también eligió ESpaña para echar sus últimas canastas profesionales.

Slater era un jovencito procedente de la universidad de Wyoming que vino a la ACB en la temporada 92-93 de la mano de Pedro Enériz, entonces entrenador del Huesca y ahora gerente del CAI Zaragoza. Quien lo fichó demostró tener muy buen ojo. 19,2 puntos y 9 rebotes que contribuyeron a un año en el que se salvó la categoría en el 'playoff' de descenso. Aquel '4' era un toro: quizás no muy alto, pero con unos hombros tremendos con los que se hacía sitio en la zona con mucha eficacia.

Su evolución natural fue ir la siguiente campaña a un equipo algo mejor, Girona, donde su aportación fue algo menor (17,2 y 6,6), pero donde cogió la suficiente fuerza como para volver a EEUU a cumplir su sueño NBA. Con creces lo logró. Siete de los siguientes ocho años los jugó allí, con un mínimo paréntesis en el Montecatini (99-2000). Desde luego, la estabilidad no caracterizó su permanencia entre los mejores (ocho equipos en total), pero sí puede decirse que fue un buen jugador de complemento. 259 partidos, 5,6 puntos y 3 rebotes en 13 minutos. No está mal del todo. Aquí tenéis su ficha en nba.com por si queréis repasarlo un poco.

Tiempo de NBA.
A Slater le quedaba todavía algo de baloncesto en la temporada 2002-03, en la que fue cortado por los Wolves. Así es que ejerció de temporero durante unos partidos en el Caja San Fernando y después terminó la campaña en el Unicaja. No era la bestia que habíamos visto una década antes en Huesca y Girona, pero hizo su trabajo.

Quizás pudo apurar algún contrato más (no había cumplido aún los 33), pero decidió retirarse para ocuparse de sus negocios. Los americanos no suelen responder a mis mensajes de Facebook, pero él si lo ha hecho con una enorme amabilidad para contarnos qué tal le va. Vive en Houston, su lugar de nacimiento, donde posee seis concesionarios de automóviles. También tiene un centro deportivo "que me tiene muy ocupado".  Os recomiendo visitar las webs porque es impresionante, sobre todo esto último.

Con uno de sus hijos en la actualidad.
¿Y España? Lo primero que hace es preguntar qué tal les va a sus ex equipos. "Fue un gran periodo en mi vida y un capítulo que nunca olvidaré. El baloncesto me permitió viajar y conocer países como España, conocer a gente fantástica y jugar de forma muy competitiva. Siempre apreciaré Huesca por darme mi primer trabajo y Girona es una ciudad estupenda donde jugar", escribe. "¿De verdad que Darryl sigue jugando con 46?", concluye.

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